En industrias con estrictos requisitos de limpieza, como la de semiconductores, biofarmacéutica y electrónica de precisión, incluso una partícula diminuta puede provocar defectos en el producto. La cabina blanca, como solución de limpieza localizada, eficiente y flexible, se está convirtiendo en la opción preferida de las empresas para garantizar la calidad y controlar los costes.